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Pippin, la perrita actriz que conquistó la TV

Televisor antiguo donde se podría ver a Pippin

En el mundo de la publicidad, hay campañas que se recuerdan por su creatividad, otras por su impacto social, y algunas, como la de Pippin, por tocar el corazón de toda una generación. En 1988, una perrita mestiza llamada Pippin se convirtió en la protagonista de una campaña institucional de RTVE que buscaba concienciar sobre el uso responsable de la televisión. Lo que nadie imaginaba era que aquella perrita actriz se transformaría en un símbolo de ternura, inteligencia y conexión emocional con el público.

La historia de Pippin no es solo la de un animal entrenado para actuar, sino la de una estrella que logró transmitir emociones profundas sin decir una sola palabra. Su mirada, sus gestos y su inolvidable maleta se quedaron grabados en la memoria colectiva de España. Este artículo rinde homenaje a su legado.

 

El origen de Pippin y su llegada a España

Pippin era una perrita mestiza, lista y encantadora, que vivía en Londres. Su talento no pasó desapercibido: cobraba 100.000 pesetas al día por sus actuaciones. Su fama ya había comenzado a crecer en Reino Unido, donde incluso protagonizó una serie de televisión. Pero fue en España donde alcanzó el estrellato gracias a una campaña que marcaría un antes y un después en la historia de la publicidad.

La agencia Contrapunto, encargada de la campaña “Aprenda a mirar la televisión” para RTVE, buscaba un personaje que conectara con el público infantil. Así fue como Pippin llegó a España, elegida por su capacidad de transmitir emociones y por su carisma natural.

 

Pippin en la campaña publicitaria de 1988

La campaña “Aprenda a mirar la televisión” tenía como objetivo fomentar un uso más consciente del televisor, especialmente entre los niños. En una época en la que la televisión comenzaba a ocupar un lugar central en los hogares, RTVE decidió lanzar un mensaje claro: mirar televisión está bien, pero con criterio.

Los anuncios más recordados fueron “Patinete” y “Maleta”, emitidos en noviembre de 1988. En ellos, Pippin intentaba llamar la atención de su joven dueño, completamente absorto frente al televisor. Al no conseguirlo, la perrita tomaba una decisión que rompía el corazón de los espectadores: se marchaba de casa con su pequeña maleta.

La campaña fue un éxito rotundo. El mensaje era directo, pero lo que realmente conmovía era la actuación de Pippin. Su tristeza, su determinación y esa maleta se convirtieron en símbolos de una generación.

 

Anécdotas del rodaje y el entrenamiento de Pippin

El rodaje de los anuncios fue sorprendentemente rápido. Según Luis Felipe Moreno, director de producción de Contrapunto, se filmaron en solo tres días y el 90% de las tomas fueron válidas a la primera. Esto habla del increíble talento de Pippin y de su entrenamiento impecable.

Pippin no solo era obediente, sino que tenía una capacidad única para expresar emociones. Su mirada triste, su forma de caminar con la maleta, incluso su manera de sentarse frente al televisor, eran gestos que parecían humanos. No era solo una perrita entrenada: era una actriz.

 

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Reacción del público ante Pippin y repercusión mediática

La respuesta del público fue inmediata y masiva. Los anuncios se comentaban en colegios, en medios de comunicación y en las sobremesas familiares. Pippin apareció en revistas como Lecturas, Super Pop y TeleIndiscreta, y se convirtió en un fenómeno mediático.

La campaña ganó el Gran Premio del Festival Internacional de Cine Publicitario de Cannes, y también fue reconocida en el Festival de San Sebastián. Pippin se convirtió en un referente de cómo la publicidad puede emocionar y generar conciencia social.

 

Reconocimiento y premios recibidos por Pippin

Además del Gran Premio en Cannes, la campaña recibió múltiples galardones nacionales e internacionales. Fue la primera vez que una agencia española ganaba un León de Oro en Cannes, y Pippin fue reconocida como una figura clave en ese logro.

Su fama trascendió fronteras: protagonizó campañas en Italia, Francia, Alemania y Reino Unido. Pippin no era solo una estrella española, sino una actriz canina internacional.

 

Vida y legado de Pippin

Tras el éxito de la campaña, Pippin continuó trabajando en publicidad y televisión. Un año después, volvió a aparecer en un anuncio navideño, con la misma ternura y carisma que la habían hecho famosa.

Su legado sigue vivo. A día de hoy, los anuncios de Pippin se estudian en escuelas de publicidad y comunicación como ejemplo de storytelling emocional. Su historia demuestra que no hace falta hablar para transmitir un mensaje poderoso. Basta con una mirada sincera… y una maleta.

 

Mira el anuncio original de Pippin

Si quieres revivir la emoción de aquel anuncio que marcó a toda una generación, puedes verlo aquí:

 

👉 TVE "Pippin Patinete y Maleta" 1988 - YouTube

 

Pippin, la perrita actriz

La historia de Pippin es mucho más que una anécdota publicitaria. Es el relato de cómo un animal logró conectar con millones de personas, transmitir un mensaje social y convertirse en un ícono cultural. Su actuación sigue emocionando décadas después, y su legado permanece como ejemplo de sensibilidad, talento y comunicación efectiva.